Existen muchas técnicas de pintura para hacer murales y en definitiva cualquier trabajo creativo, pero una de las más importantes dentro de la historia del arte, es la pintura al fresco.
La técnica del fresco existe desde hace milenios y ha inspirado a muchos artistas para crear auténticas obras de arte como el mural de la Capilla Sixtina o las pinturas encontradas en las ruinas romanas de Pompeya. En parte porque, el hecho de pintar directamente sobre la pared, hace que las obras perduren durante más tiempo.
Pero, si quieres saber en detalle qué es la pintura mural al fresco y cómo se realiza hoy en día, te aconsejamos que continúes leyendo este artículo.
Índice
¿En qué consiste la técnica del fresco en pintura?
Como acabamos de comentar, las pinturas al fresco son aquellas que se aplican directamente sobre el yeso de la pared. Para ello, lo que se hace es utilizar una serie de pigmentos que se mezclan con agua y se extienden sobre una capa de mortero de cal aún húmeda.
Las pinturas al fresco se aplican directamente el yeso de la pared utilizando una serie de pigmentos mezclados con agua.
De esta forma, se consigue que las obras de arte perduren durante más tiempo. Además de dar un toque de decoración más natural a las estancias en las cuales se lleva a cabo.
Esta técnica artística se remonta a la Antigüedad, aunque ha sido empleada a lo largo de los años sin casi apenas variaciones. De hecho, a día de hoy todavía se sigue usando en cierta medida con la pintura mural, aunque de esto hablaremos más adelante.
Materiales empleados para la pintura al fresco
Ya sabemos un poco más sobre este tipo de pintura, así que vamos a conocer en detalle los materiales que se usan para realizar esta técnica pictórica.
Materiales empleados para la pintura al fresco en el renacimiento
El Renacimiento fue una de las épocas en las cuales la pintura al fresco cobró mayor interés artístico. Para ejecutarla, los materiales necesarios eran:
- Pigmentos puros de los colores a utilizar.
- Agua.
- Mortero de cal. Este último se utiliza para preparar el soporte para la posterior aplicación de los pigmentos.
Como ves, se trata de unos elementos muy sencillos. Si bien es cierto que es importante preparar muy bien la base de mortero para que luego el acabado del mural pueda ser bueno. En este sentido, debemos saber que el mortero que se emplea para este tipo de pinturas está compuesto por una mezcla de cal, áridos y agua.
En resumen, podemos ver que la mayor complejidad reside en el mortero que se emplea en la pared para prepararla y que debe ser preparado por un especialista.
El fresco hoy en día
La pintura al fresco en su estilo más clásico dejó de realizarse prácticamente al completo después del Renacimiento. Si bien es cierto que, más que desaparecer, lo que ha hecho ha sido evolucionar con el paso de los años.
El muralismo mexicano fue el primero que adaptó esta técnica en la década de 1920 e hizo que se crease un nuevo interés en torno a la misma. Y, en España, el fresco ha ido cambiando y se ha transformado a las necesidades actuales de decoración.
De hecho, a día de hoy la pintura mural se ha convertido en una de las alternativas de decoración más interesantes tanto para las paredes exteriores como interiores. Pudiendo optar por múltiples diseños totalmente adaptados a las necesidades de cada persona.
Ejemplo de mural exterior realizado con pintura plástica
Qué tipos de frescos existen en pintura
Además de todo lo que hemos visto hasta ahora, es importante saber que existen distintos tipos de frescos a la hora de realizar la pintura mural. Estos influyen en la ejecución de la técnica y en el resultado final de la obra, por lo que es importante conocerlos en detalle.
Te los explicamos a continuación:
- Buon. El fresco bueno o verdadero es aquel en el cual el artista va a pintar directamente sobre el yeso recién mezclado. Dado que se trata de una superficie húmeda y pegajosa, en este caso el pigmento no necesita aglutinantes y su sola mezcla con agua en suficiente para usarlo.
- Secco. Por otro lado, tenemos el caso totalmente opuesto, que es aquel en el cual se utiliza el yeso seco como lienzo. Esto implica que los pigmentos sí que deben mezclarse con algún medio aglutinante, como puede ser la yema de huevo o la cola adhesiva.
- Mezzo. Finalmente, tenemos la opción intermedia, que es aquella que combina algunas zonas de trabajo en húmedo y otras en seco, por lo que tiene aún más complejidad que las dos anteriores.
Conclusiones
La pintura al fresco siempre ha sido una técnica muy atractiva para decorar murales, si bien es cierto que con el paso de los años ha caído en desuso. O, mejor dicho, se ha transformado para dar lugar a estrategias más novedosas y que ofrecen algunos resultados aún mejores, como es el caso de la pintura mural.
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En la actualidad existen cierta similitud con las pinturas que se realizan en fachadas de grandes dimensiones realidad con sprays de pintura o con pintura exterior de fachada.